DIRECTORI
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El album de
7-MUNDO
BOLA (CONT.)
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RECUERDOS DEL EQUIPO DE PRODUCCIÓN (*)
- �Te llamo porque Lolo está escribiendo un libro sobre La
Bola de Cristal y ha pedido una colaboración del equipo de producción.
¿Por qué no aprovechamos, quedamos todos para comer
y así nos vemos?� - �¿La comida la paga Lolo?
¿No? ¿Pero ella cobra por el libro?�
En 1985, nosotros formábamos un equipo de producción que
solía trabajar junto: Carlos Rapallo y sus ayudantes.
Un día estábamos comiendo y le llamaron
por teléfono. Cuando volvió a la mesa dijo: �Estamos en La
Bola de Cristal�.
(�No, eso que contáis es de cuando fuimos
a La Edad de Oro�. �No habléis de otros programas, que luego nos
liamos
con las anécdotas�). El caso es que el programa
había empezado con Manolo Guijarro de productor y luego se lo llevaron
a otro programa y se fue con su equipo y dejó
en La Bola a algún ayudante. Entonces desembarcamos nosotros, nos
encontramos con Anís y le adoptamos. Años
después,a Carlos le hicieron más jefe y Luis Anel se quedó
como productor
Carlos tenía organizado el equipo de producción con un ayudante
responsable de cada sección, que funcionaban
independientes: uno para el plató, otro
para grabaciones en video, otro en cine... El programa empezó a
grabarse en los
Estudios Roma (actualmente Telecinco) y durante
un parón del verano fuimos trasladados a un plató de Prado
del Rey,
ganando espacio en el despacho y perdiendo la independencia
que nos daba el trabajar lejos de los jefes.
Para Lolo no existía una línea divisoria entre su trabajo
en La Bola y su vida personal. De hecho, su vida era La
Bola. Allí trabajaban sus hijos y familiares,
y los compañeros de trabajo se convertían en sus amigos.
Gran parte del
programa se grababa en su casa. Lolo vivía
en un chalet estupendo. �Tenía, recuerda Luis, unos perros tobilleros
que te
quitaban media cuarta de paño de los pantalones
en cuanto te descuidabas�. Un día llegaron Luis y Julián
los primeros a
la grabación y la casa estaba abierta y
vacía. Entraron en la cocina y allí había una cacatúa
en una percha que se precipitó
sobre ellos y les picoteó la cabeza. �Menos
mal que Julián me defendió�. Cuenta Begoña que un
día sus hijos fueron allí
para grabar con otros niños. �Al ver a la
cacatúa me tiraron de la manga y me dijeron al oído: Mamá,
el pájaro lleva el
mismo peinado que esa señora�. Lolo llevaba
entonces el pelo muy claro y peinado hacia arriba. |
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Un día de grabación, Luis le dijo a Julián: �Acompáñame
al baño� y él contestó: �No jodas, Luis�. �No, es
que
ninguno de los siete baños tiene pestillo
y quiero que te quedes en la puerta y vigiles que no entre nadie�. Otro
día que
grabamos allí, la casa entera estaba ocupada
por gente del equipo y todo manga por hombro; mientras, ella paseaba
tranquila entre nosotros con sus modelos aristocráticos.
Había un hombre nadando impecablemente a crawl en la piscina.
Luis le preguntó a Lolo �¿Quién
es?�. Ella contestó: �No le conozco�. El hombre se hizo varios largos
más, cogió su toalla,
dijo hasta luego, saltó la valla y desapareció.
La casa de Lolo la visitábamos mucho porque tenía úlcera
de duodeno y a menudo tenía que guardar cama; tomaba
leche de almendras �que, por cierto, había
que ir a comprar regularmente�, recuerda Luis. Las lecturas de guión
se hacían
con el equipo reunido en torno a la cama en la
que ella estaba tumbada. Los guiones nos los mandaba Santi Alba desde
Egipto por fax. A veces se retrasaban, llegaba
la hora de la lectura y los guiones que no habían aparecido.
A veces Lolo organizaba en su casa unas fiestas fantásticas llenas
de famosos, a las que siempre nos invitaba. Era
muy amiga de Rosa Chacel, que ya estaba muy mayor
y solía usar silla de ruedas; en una ocasión fuimos a su
casa a
primera hora de la mañana para grabar una
entrevista y al terminar propuso que bajásemos al bar de abajo a
tomar algo.
Todo el equipo fue pidiendo un cortado, una coca
cola... cuando le llegó el turno a ella dijo: �Yo me tomaría
una ginebra�.
Todos cambiaron rápidamente sus comandas
iniciales.
En casa de Lolo se grabó también la serie del zodiaco con
Alaska, que era muy aficionada a todo lo esotérico. �Era
imperial. Siempre llegaba a su hora, con el guión
aprendido. Era muy seria, no como Pedro y Pablo�, dice Julián.
Lolo conoció a Pedro Reyes y a Pablo Carbonell cuando actuaban en
un café teatro, por la zona de Noviciado. Lolo
quiso contratarles para el programa y fuimos a
verles. Se llamaban entonces Pedro y Pablo. Pablo tenía su centro
de
operaciones en un bar llamado El Ratón Vaquero;
allí se le dejaban los recados y le recogía el coche de producción.
Julián
recuerda que un día María Jesús,
que se ocupaba del vestuario, les llamó a él y a Luis para
que le ayudaran a empujar,
porque a Pablo no le cabían las partes pudendas
en un traje de torero. �¡Es que tiene mucho � decía - no se
lo puedo
meter!�.
Pedro solía llegar tarde. Un lunes tuvimos el plató parado
desde las diez de la mañana porque no había aparecido y
a las doce llamó por teléfono desde
Lisboa para decir que se iba a retrasar. Discutía mucho con Lolo
y con Mati, la
realizadora, aunque luego ambas lloraron cuando
se fue.
También Gurruchaga llegaba tarde a las grabaciones porque siempre
se dormía, así que acabamos grabando su
parte en su casa, en la calle Libertad. Llegaba
todo el equipo a su casa para grabar, se hartaban de llamar y no abría,
así
que se iban a desayunar. �Al tercer intento nos
abría la puerta, legañoso, con el flequillo en horizontal
y pasábamos todos
Tenía en su casa un Pato Donald de trapo
de proporciones cósmicas. Además, una cama en medio de una
habitación con
libros por el suelo, con una palangana colocada
debajo de una gotera que parecía las cataratas del Iguazú�.
Se le pagaba
un alquiler y Luis, que llevaba la producción
de esa sección, hacía cuentas con él. �¿Has
quedado con un taxista o
siempre paras al mismo?. Porque todas tus facturas
son del mismo taxi?�.
También Lolo iba en taxi a todas partes, pero una vez le dio por
conducir. Luis recuerda que un día iba con ella en
su coche por la M30. Llevaba las gafas rotas y
sujetas con un celo, iba muy despacio y dijo: �Van todos mal�. �No, Lolo,
vamos al revés de todos�, contestó
Luis. Un día se organizó una grabación en otra casa
que tenía en Piedralaves, y fue
hasta allí conduciendo su coche, pero una
vez en el pueblo no encontraba el camino. Así que paró y
le preguntó a un
guardia: -�¿Sabe usted quien soy?� -�Una
escritora� contestó el guardia. -�Perfecto, dijo ella, ¿dónde
está mi casa?�
En La Bola de Cristal, todas las órdenes de Lolo iban seguidas permanentemente
de una contraorden. Era una
persona muy creativa, un verdadero hervidero de
ideas; sin embargo, todas aquellas ideas tenían que plasmarse. Eduardo
Caro, el coordinador del programa y mano derecha
de Lolo, era la persona sensata que ponía orden en el proceso creativo,
siempre con suavidad y mano izquierda.
Uno de los personajes del programa era un pato de carne y hueso, alter
ego de Lolo: el pato hablaba y sus palabras
expresaban los pensamientos de ella. Llevábamos
al pato a distintos lugares para entrevistar a personajes de actualidad
y se cagaba en todas partes: en el despacho de
Joaquín Leguina en el edificio de la Comunidad de Madrid, en la
tienda
del modisto Manuel Piña... Estábamos
hartos de cargar con el pato. Un día Carlos, el productor, se fue
de viaje a Cuba y
trajo una botella de ron, que se consumió
en el despacho a partir de las diez de la mañana esperando a Lolo
que llegaba
tarde a una reunión. Cuando llegó,
el ambiente estaba digamos distendido y Eduardo Caro, con ojos vidriosos,
le dijo
seriamente: �Lolo, creo que habría que acabar
con el patito�. Lolo se llevó un disgusto de muerte y se marchó
del
despacho.
Hay que decir que, aunque Eduardo no bebía, el equipo de producción
lo compensaba con creces. Y Miguel Ángel
Pacheco tenía una petaca de cuero con canutos
y se los fumaba debajo de la mesa durante las reuniones.
Otro personaje fundamental para La Bola de Cristal era Paco Quintanar,
el documentalista. Lolo volvió un día de una
reunión con los jefes de TVE diciendo que
nos habían alargado media hora el programa. Enseguida Paco se puso
a
trabajar y armó una sección nueva
con imágenes de archivo. Las montaba y luego llamaba a Javier Gurruchaga:
�Vente a
comentarlas�. Gurruchaga venía y se ponía
a grabar, pero Paco le interrumpía: �¿Pero qué dices?
Di esto y lo otro�. Era el
único al que hacía caso.
Luis Pérezagua, que era la voz de uno de los muñecos, actuaba
en el teatro al mismo tiempo y nos invitó a verle.
Estábamos sentados viendo la función,
en la que también actuaba Esperanza Roy, cuando Anís, auxiliar
de producción,
apareció por el pasillo del patio de butacas,
con todo su sueldo convertido en flores; sabíamos que era él
porque por
debajo del enorme ramo aparecían sus vaqueros.
Subió al escenario, paró la función y, mientras todo
el teatro aplaudía,
obsequió con una flor y dos besos a cada
bailarina. Luego tuvimos que prestarle para el taxi y para comer el resto
del mes
Nosotros nunca habíamos ganado un duro fuera de TVE. A Lolo le debemos
el haber empezado a hacer bolos: le
encargaron organizar algunos actos para las Fiestas
de la Comunidad de Madrid y ella contó con el equipo de producción
de La Bola. Nos estrenamos con un Concierto en
el Paseo de Camoens y para el día 2 de Mayo organizamos un desfile
de
carrozas. El día antes quedamos por la mañana
en el Café Gijón para revisar los preparativos. Luis llegó
el primero, miró
por la ventana y pensó: �Qué pedo
tengo ya a estas horas, juraría que las gradas miran hacia aquí�.
Efectivamente, las
habían montado todas mirando hacia el lateral,
de espaldas al desfile. Llamó al montador por teléfono y
éste quería matar
al capataz. En cuanto a las carrozas, viendo los
dibujos nadie se imaginaba que iban a resultar tan monstruosamente
grandes: los bomberos tenían que ir por
delante quitando las pancartas que había colgadas en el Paseo de
las Delicias.
En ese desfile participaban, por supuesto, los
actores de La Bola. Gurruchaga iba en un Haiga descapotable que se quedó
tirado, pero él no depuso ni un momento
su saludo a lo Bond mientras lo arreglaban.
Mientras tanto, y para que el trabajo en el programa no se parase, dejábamos
a los auxiliares de producción en el
despacho de TVE sin contarles nada de nuestras
actividades. Pero ellos estaban mosqueados y decían: �Yo creo
que
aquí hay algo, que faltáis todas
las tardes�. Un día les dejamos sin dinero de producción
y tuvieron que hacer unos
pagos. Fernando tenía en el cajón
de su mesa un bote de Ducados con dinero suelto para la máquina
del café y le
descerrajaron la mesa para sacarlo.
-�Yo me lo pasé muy bien, pero jamás tuve la sensación
de estar haciendo un programa de culto�. -�¿Os acordáis
cuando metimos al ciego en un puticlub?�. -�No
líes, que eso era en otro programa�. Hacía tiempo que no
nos veíamos:
Carlos, después de trabajar en varias televisiones
privadas, ha vuelto a TVE. Fernando nunca se marchó y es productor.
Luis trabaja en Antena 3 y también es productor.
Julián está felizmente jubilado. Begoña dirige un
programa en
Globomedia. Anís vive en Galicia, alejado
del mundo de la televisión. -¿Qué hace? -Recoge chapapote.
Pero cobrando,
ojo, que es coordinador.
-�Vamos a hacernos una foto en ese fotomatón�. �¿Nadie tiene
suelto?�. �¿Cómo este equipo pudo hacer aquel
programa?�. (Madrid, 2003)
*Este texto es una transcripción hecha por Begoña Puig
de una conversación, mantenida por los miembros del equipo de producción
de "La bola de cristal un día del año 2003, que debía
recogerse en el libro de
Lolo Rico "El libro de la Bola de Cristal" y que finalmente no se publicó.
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